
Algunos miembros de este clan han externado que la llevan relax con sus suegros, pero en contraste, otros comparten que el trato con los padres de su pareja suele ser complicado, al punto de no poder tener una relación cordial o respetuosa.
Ya sea que estén lejos o que estén con nosotros bajo el mismo techo, los suegros juegan un papel muy importante en nuestra familia y con quienes debemos procurar tener lazos sanos.
Un par de datos duros: de acuerdo con el Consejo Nacional de la Población (Conapo), en México los hogares familiares comprenden el 88.1% del total de los que hay en el país; de ellos el 27.9% son ampliados, que significa que son familias que se componen, además de papá y mamá, por otros miembros, como los suegros.
Desde otra perspectiva, el Inegi, en el último censo de vivienda (2020), informó que en el país, de cada 100 hogares, 28 cuentan con la presencia de los suegros.
Broma, pero si quieres no es broma: ¡Ya no aguanto a mis suegros! ¿Cómo le hago?
Más allá de los datos estadísticos, en la práctica ¿Cómo podemos tener una buena relación con los suegros? ¿Qué hago si viven en mi casa, o yo vivo en la de ellos y ya no los aguanto?
Todas esas preguntas son válidas, compadres. Al final, todo se trata de un proceso de adaptación y de un “estira y afloje” en el que tenemos que tener en cuenta varios factores como la comunicación, establecer límites, el respeto y analizar qué tan nocivo puede ser mantener una mala relación con ellos, no solo para nosotros, sino para nuestra pareja y nuestros alfitas.
La relación con nuestra nueva familia política suele ser delicada por cuestiones de celos, intromisiones, desacuerdos, toma de decisiones que no nos parecen (y más cuando se trata de la crianza de nuestros retoños, dinero, creencias religiosas u otras prácticas) y un largo etcétera, por ello te compartimos unos consejos que puedes aplicar para lidiar con esas circunstancias.
¿Cómo llevarse bien con los suegros?
Consultando textos y trabajos de reconocidas escritoras, sociólogas y psicólogas como la estadounidense Yvonne K. Fullbrigth y Alicia López de Fez, del centro valenciano de Psicología López de Fez, encontramos estas recomendaciones para tener una buena relación con tus suegros.
1.- Desde un principio deja clara tu postura sobre ciertos temas que creas que podrían causar discusiones; no permitas que tras una fricción las cosas se queden así, pues podría ir escalando cada vez.
2.- Que tus intereses principales sean el bienestar de tu pareja e hijos. Un verdadero Alfa debe velar, bajo cualquier circunstancia, porque su manada esté unida.
3.- Cuando te enfrentes a algún desacuerdo, piensa con la cabeza fría, no te dejes guiar por los impulsos; recuerda que cuando uno está molesto dice cosas que después pueden provocar arrepentimiento.
4.- Se empático, ponte en sus zapatos. Esto no quiere decir que “agaches la cabeza y asumas”. Piensa qué podría motivar sus comportamientos, reacciones o críticas; ten en cuenta que ellos pueden tener una visión muy diferente (por edad o contexto de educación) a la que tú tienes.
5.- “A la fuerza, ni los zapatos entran”. Ten en cuenta que hay relaciones que no serán, si ese el caso, mantente a raya. Son parte de tu nueva familia y no necesariamente tiene que haber lazos de amistad para que haya cordialidad y respeto.
6.- Marca límites en todos los aspectos. Ya sea en acciones o incluso si vives con ellos, establece territorios y haz que se respeten, previo a acuerdos con tu pareja. Por ejemplo: en horarios, actividades recreativas, uso de espacios comunes y hasta en la crianza de los alfitas.
7.- Si consideras que es demasiado tarde para “rescatar” o “construir” una buena relación, debes saber hasta cuándo es bueno soportar las situaciones incomodas. Si los problemas ya escalaron a agresiones físicas y verbales, considera apartarte junto con tu manada a otro espacio donde estén solos, pero respetando que tu pareja mantenga el vínculo con sus padres.
8.- No tomes las cosas de forma personal. Si recibes críticas por parte de tus suegros, analiza que quizá tengan razón y es algo que observan que debas cambiar.
9.- No busques aprobación de ellos. Con el tiempo no necesitaras dar explicaciones del porqué de tus acciones o decisiones. En dado caso, busca la de tu pareja, quien te podrá guiar y retroalimentar sobre lo que haces.
10.- Comunicación, mucha comunicación. Haz equipo con tu mujer, se sincero y busquen momentos para hablar sobre lo que no les gusta del tema o no están de acuerdo. En muchas ocasiones la comunicación entre tu mujer y sus padres es más directa y puede ayudarte como intermediaria sobre ciertos temas.
FUENTES: INEGI / CENTRO VALENCIANO DE PSICOLOGÍA LÓPEZ DE FEZ / YVONNE K. FULLBRIGTH.