La teoría del apego, surgida a finales del siglo pasado, sentó las bases para el estudio de las relaciones afectivas con un fundamento biológico. Gracias a ella, se empezó a mirar la necesidad de contacto y afecto que tenemos los seres humanos, no solo con “capricho de niños maleducados” o adultos inmaduros y codependientes.

Al grano papi: es momento que el apego es una parte biológica de la condición humana, y por eso te vamos a contar en qué consiste el apego seguro, para que lo pongas en práctica con tu Alfita sin miedo.

Apego seguro

Este tipo de apego se desarrolla cuando los niños tienen padres o cuidadores emocionalmente abiertos, perceptivos y cuya comunicación está asociada con las señales emitidas por el niño. En un apego seguro, cada uno de los miembros siente que comprende al otro y que es comprendido. Así que tratemos de entender el punto de vista de la cría y ponernos en sus zapatos. Es importante hacerlos sentirse entendidos y validados porque esto favorece al desarrollo de su cerebro y a la forma en que ellos socializan.

El niño con apego seguro

Tener un cuidador que se preocupe de manera sensible y responder a las necesidades del bebé, le dará un sentimiento de seguridad. El modelo mental de apego se construye a través de la repetición de cierto tipo de interacciones. Si el apego es seguro, el niño percibirá el mundo como un lugar seguro, confiable y habitado por personas en las que puede confiar. Esto lo hará más resiliente al estrés, aumentará su habilidad para balancear sus emociones y sus funciones cerebrales tendrán una mayor integración. De este modo, gozará de una mayor capacidad para establecer relaciones significativas en un futuro.

Los padres que promueven un apego seguro

Los padres de los niños con apego seguro tienden a ser adultos clasificados como autónomos, es decir, ellos también tienen un modelo de apego seguro. Este tipo de padres son conscientes de la importancia que tiene el tipo de relación que se construye entre padres e hijos, y sabes que como adultos ellos son los responsables de la calidad de esta relación.

Escuchando a los adultos hablar de su propia infancia se puede predecir el tipo de apego que tendrán sus hijos, pero no es por el tipo de experiencias que hayan tenido los padres, sino por cómo han elaborado su historia. Darle un sentido a nuestra vida, ser capaces de contarla de una manera coherente, es la mejor manera de predecir si nuestros hijos tendrán un apego seguro. La manera en que se cuenta la historia, y no su contenido, revela las características del estado de la mente de la madre o del padre en relación con el apego.

Es decir, los padres autónomos saben que sus Alfitas los necesitan, entienden que las necesidades emocionales de los niños son distintas a las del adulto, y por eso pueden ser flexibles. También saben que esto no durará para siempre y que el Alfita irá creciendo y haciéndose responsable de sí mismo. Estos padres son capaces de proveer un ambiente social suficientemente bueno al ofrecer un balance entre seguridad, reto y autonomía.

Recuerda que tenemos un podcast en YouTube llamado Taberna Alfa. También puedes encontrarlo en Spotify. Sigamos aprendiendo juntos.

Fuentes: No hay niño malo: 12 mitos sobre la infancia (Teresa García Hubard)